Unifamiliar en la sierra de Madrid
El entorno natural potenció la relación «exterior-interior» ampliando la superficie acristalada. Las distintas estancias buscan abrirse al espacio ajardinado, mientras la división interior pierde importancia en planta. Se favorece la continuidad de los espacios entre las distintas altura fomentando la verticalidad frente a la horizontalidad de las viviendas más tradicionales.